Resumen:
Las organizaciones internacionales que trabajan con varios
idiomas oficiales dependen de la traducción para su propio
funcionamiento, para comunicarse con los Estados miembros, para
explicar sus actividades al público y, en ciertas ocasiones, para
elaborar leyes. Por un lado, la calidad es esencial en la traducción,
pero, por otro, estas organizaciones están sometidas a una política
de ahorro que se traduce en reducciones de costes y/o personal.
En este trabajo, me propongo explicar y comparar los diferentes
métodos de los que se valen estas organizaciones para atender
sus necesidades de traducción (contratación de traductores en
plantilla o traductores a tiempo parcial; colaboración con
traductores autónomos o con agencias de traducción, desarrollo
de programas de ayuda a la traducción, traducciones
externalizadas, pero revisadas por el personal interno; o revisión
de traducciones juradas). No hay un método más adecuado que
otro: cada cual presenta sus ventajas e inconvenientes. No
obstante, todos ellos plantean una serie de imposiciones a los
traductores y revisores que ponen limitaciones a su trabajo
(rapidez, métodos de producción, aislamiento) y que afectan a sus
oportunid...