Resumen:
Hablar de la formación del traductor y el intérprete durante el periodo
académico puede parecer una paradoja, pues de sobra es sabido que la
verdadera formación se adquiere en el mercado laboral. A esto se ha de
añadir que la formación académica es un fenómeno reciente: la más antigua
de las facultades de traducción e interpretación data de 1979 (Universidad
de Granada). No obstante, esta circunstancia no justifica el abandono que
sufre esta modalidad, y, particularmente, la preparación del intérprete.
Afortunadamente, se ha comenzado a dar los primeros pasos para impulsar
una profundización en la formación del intérprete. Tomaré como ejemplo el
nuevo plan de estudios de Traducción e Interpretación en la Universidad de
Salamanca, donde por primera vez se ha creado un itinerario optativo de
interpretación. La novedad radica en el empeño por desarrollar una
competencia interpretativa en ambas lenguas de trabajo a un mismo nivel
de eficacia, en detrimento de la traducción, en la que ya se profundiza
durante los tres cursos anteriores. No obstante el panorama no es tan
alentador en el resto de facultades de España. Por otra parte, las flaquezas
del sistema también se perciben en la ca...