Resumen:
La importancia que adquirió el Camino de Alcalá en su tramo entre Madrid y Barajas, al que hoy denominamos calle de Alcalá, dio lugar a la aparición de quintas de recreo o casas de campo a lo largo de todo su recorrido, salpicándolo de trecho en trecho. La consideración de la villa de Madrid como corte y capital de la Monarquía, a partir de 1561, y su condición de centro de las comunicaciones peninsulares harán del Camino Real de Alcalá de Henares una de las rutas principales de entrada, no sólo en relación con esta ciudad universitaria y arzobispal sino también con la activa Guadalajara y los reinos de la Corona de Aragón.