Resumen:
Integrar transversalidades en los nuevos procesos de gestión de la ciudad, en las demandas de las instituciones y en el trabajo mediador de los arquitectos y arquitectas, es un hecho de actualidad que requiere de una conexión entre el aula y la sociedad. Estas nuevas exigencias y responsabilidades –como la de diseñar programas que respondan a necesidades ciudadanas reales– precisan de metodologías de escucha y prácticas sobre el diseño colectivo, lo que conlleva el aprendizaje de herramientas perceptivas sobre el territorio y la ciudad. La mayoría de estas herramientas son heredadas de disciplinas que conversan hoy día con la arquitectura, como la sociología y la filosofía, convirtiéndose en responsabilidad de los docentes integrar en la educación de la arquitectura estas buenas prácticas con el debido rigor y conocimiento que implica.