Resumen:
La arquitectura necesita más aire. El que le da el recinto de la Técnica no es suficiente. La arquitectura puede constituirse en un medio para entender la realidad y tiene latencias suficientes para ello. Este artículo, cuyo contenido se inserta en una investigación más amplia aún en curso, arriesga una visión de la arquitectura como fenomenología (poética). Con una vaporosa inspiración merleaupontyana, se propone dar a la arquitectura estatuto igualitario respecto al habitante, no lejos de la visión que a escala cósmica propone Bruno Latour. Para ello experimentamos con ciertos desplazamientos temporales, con la exploración de fértiles metáforas perceptivas y una cierta expansión espacial de la intimidad.