Resumen:
Si se le pregunta a un historiador sobre el principio de la era moderna o Modernidad, probablemente nos dirá que sus comienzos se sitúan oficialmente a fines del “Quattrocento” (es decir, en el siglo XV) . Este es un criterio histórico, que nos sirve bien poco para explicitar lo que, desde el punto de vista filosófico, representa la así llamada “actitud moderna”. En realidad, más que un segmento de acontecimientos lineales en la historia, el concepto de Modernidad (como el de Postmodernidad) alude a un modo particular de pensar el mundo y el hombre, que rompe con el modelo clásico, cuya hegemonía se extiende hasta el Renacimiento; una cierta sensibilidad distinta, que anuncia un cambio epocal significativo, un desplazamiento en la forma de percibir al mundo y al hombre .