Resumen:
Desde luego no soy la primera en decir, que casi todo en la sociedad actual es desproporción, en exceso o en defecto, tanto da, pero al fin y al cabo es innegable que estamos ante una real desproporción. Si nos centramos en el ámbito eminentemente intelectual, eligiendo por azar un sector de la actividad humana reducido, y por tanto, mucho más controlable en su armonía, nos encontramos desde las publicaciones, las investigaciones y los medios que de modo funcional utilizamos para llevar a cabo todas esas actividades, vienen siempre marcadas por el exceso, de manera innegable, casi siempre, nos sitúa frente a un sustrato de vaciedad, que nos lleva a echar de menos esa consistencia, por ejemplo de un libro al que se le encuentra utilidad en su múltiple reelectura o en su caso, esa breve pero sustanciosa publicación que pone en su sitio las cuestiones que hasta ese momento estaban en conflicto, todo se mide al peso y es el abultamiento y la cantidad, según parece, la base del éxito.