Resumen:
En los últimos años de nuestra historia, hemos pasado de naturalizar la muerte a desnaturalizarla. Hemos pasado de velar a los muertos en los hogares, implicando a los vecinos y al entorno, a velarlos en tanatorios, individualizando el proceso.
Esta ocultación, y esta tendencia a evitar hablar de muerte o hablar de dolor, ha hecho que nuestra sociedad bloquee cualquier expresión normal de dolor, a pesar de que el ser humano está preparado para superar la muerte de un ser querido, lo que impide que el proceso natural fluya.
Los avances tecnológicos y científicos a nivel mundial han hecho posibles que diferentes métodos de diagnóstico y tratamiento estén al alcance de la humanidad, permitiendo a nuestra sociedad aumentar su esperanza de vida, logrando retrasar la muerte lo más posible. Sin embargo, enfrentarse a una enfermedad terminal que supondrá el final en la vida de una persona de manera inevitable provoca una situación de extrema ansiedad y depresión que acaba por arruinar sueños y esperanzas y cambiar por completo el estilo de vida de las personas que rodean al enfermo y al mismo en cuestión, en la mayoría de las personas que lo sufren, ya que el hecho de enfrentarnos a una enfermedad cuy...