Resumen:
La Torre de San Andrés formó parte de una serie de fortificaciones del siglo XVIII para la defensa de la
isla de Tenerife (Islas Canarias). Su ubicación estratégica junto a la rambla de San Andrés ha determinado
su conservación, provocada por diversas avenidas tormentosas, desde 1706 que se levantara la
primera, hasta 1770 en la que se levantaría la tercera y definitiva, y ha llegado hasta nuestros días semicolapsada
por la gran avenida de 1895. Este bien cultural ha sido objeto en los últimos años de un debate
público entre los vecinos de Santa Cruz de Tenerife, en general, y en particular entre los vecinos del
barrio de San Andrés, sobre su uso, tipo de intervención y gestión de la torre. A pesar de las medidas de
protección jurídicas aplicadas, actualmente la torre se encuentra en estado de colapso parcial en su sección
norte, inscrita dentro de una rotonda de tráfico rodado y aislada del espacio público del núcleo de
San Andrés. El enclave ha perdido su relación original con el mar y es evidente su falta de mantenimiento.
En este trabajo se analizará el papel de la percepción y la participación social en la gestión de este
inmueble y cómo puede determinar su uso y conservación.