Resumen:
Detrás del trazado de las ciudades de los Sitios Reales estuvieron arquitectos, unos mejores que otros, tratando de resolver un plan urbano que debía incluir la disposición de residencias de temporada y los equipamientos necesarios, para que durante ese periodo todo funcionara con normalidad, desde una casa ayuntamiento, a tiendas, iglesia, teatro, escuelas, matadero, talleres, e incluso una plaza de toros. Se promulgaron normativas para la buena construcción, buscando la regularidad y la homogeneidad, en la que el palacio del rey y sus accesorias destacarían singularmente sobre todas las demás. Una vida digna para un espacio de tiempo en alternancia.