Resumen:
Tras unos primeros años de desarrollos y aplicaciones informáticas ligadas a la arquitectura, en los primeros ochenta los profesionales se vieron obligados a enfrentarse a las nuevas tecnologías a marchas forzadas, sin contar con una preparación adecuada. Esa primera intención de lo digital por sustituir a lo analógico o material no era inmediata, en absoluto. Las profecías de Christopher Alexander en las que vaticinaba que el ordenador sustituiría rápidamente al arquitecto finalmente no parecen consumarse aún, pero lo que sí comienza a ser urgente es redefinir la relación a establecer y acotar los términos de alcance.