Resumen:
El hallazgo en 1414 de una copia del tratado de Vitruvio - ¡sin ilustraciones! - se puede considerar, simbólicamente, el inicio del proceso de definición del moderno arquitecto, que partiendo de un oficio milenario culmina en la Ilustración, donde la caracterización del profesional es ya tan diáfana que sin mayores cambios perdurará hasta nuestros días. Ese momento cobra especial interés en el caso español, por cuanto a finales del siglo XVIII se produce una situación sin precedentes: durante varias décadas un único organismo, la Academia de Bellas Artes, acapara todos los aspectos de la vida profesional del arquitecto, alcanzando una autorregulación casi completa. Así, impartirá la formación necesaria para el acceso al ejercicio, establecerá los requisitos necesarios para la obtención del título, expedirá éste no sólo para los arquitectos sino también para los maestros de obra, controlará tanto la vida profesional de sus miembros como el estilo de la arquitectura oficial, e inspirará cualquier regulación que afecte a los arquitectos y a su trabajo. Tal escenario es excepcional también en su devenir, puesto que no volverá a repetirse. La confrontación de las intenciones - declaradas en la abunda...