La actividad física se muestra eficaz en la prevención del denominado «Síndrome Metabólico» y las enfermedades cardiovasculares asociadas. Los mecanismos fisiológicos implicados en esta mejora de la salud cardiovascular son diversos; recientemente se estudia la relación de la actividad física y los mecanismos de riesgo cardiovascular como el estrés oxidativo o los procesos inflamatorios asociados a la obesidad. En base a los resultados estudiados se puede afirmar que la actividad física
moderada resulta útil para disminuir la incidencia de estas enfermedades.