Resumen:
Para adaptarse a las necesidades de la sociedad actual, las instituciones de educación superior deben flexibilizarse y desarrollar nuevas vías de integración de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de formación de los estudiantes. Paralelamente es necesario aplicar una nueva concepción de los alumnos-usuarios, así como cambios de rol en los profesores y cambios administrativos en relación con los sistemas de comunicación y con el diseño y la distribución de la enseñanza. Todo ello implica, a su vez, cambios en los cánones de enseñanza-aprendizaje hacia un modelo más flexible que se sustenta en una base de constante innovación educativa. Para entender estos procesos de cambio y sus efectos, así como las posibilidades que para los sistemas de enseñanza-aprendizaje conllevan los cambios y avances tecnológicos, conviene situarnos en el marco de los procesos de innovación
en cuatro pilares básicos de trabajo: los procesos de metodología formativa, las tecnologías que la impulsan, los conocimientos en los que se basa y las personas que lo realizan: alumnos y docentes.